Milancolía...

Estaba revisando los archivos de Milancolía por perder un poco de tiempo a ver si las musas inspiradoras se aparecían de repente, no se aparecieron las muy ·$%%· pero descubrí tres cosas:

Llevamos más de dos años de inconstante escritura, dos años es algo...

Cada vez escribo peor, ¡en serio! Yo no sé que me pasa, pero cada vez escribo con menos profundidad y cuando lo hago lo hago terriblemente...

Definitivamente la tristeza ayuda a que afloren mejor las palabras, los momentos de estable felicidad son los peores para la creatividad, bueno, no hay que exagerar, pero no estoy tan alejada, y para muestra un botón...

Releernos me ha hecho bien, he entendido que soy una inconstante, que siempre termino mis posts con promesas de escribir más seguido y de mejor manera, pero la realidad es otra, escribo cada mil años porque la rutina es así, te absorbe... y a pesar de todo, aquí seguimos, después de más de dos años milancolizando.

Un desahogo

Por la mañana tenía muchas cosas que deicr, uno siempre está más despejado por las mañanas, quería hablarles de la cumbre del G8 o de películas o de tantas cosas más, pero hoy me he llevado un susto tremendo y sigo temblando: perdí varios archivos con la contabilidad de la empresa en la que trabajo, cuando me disponía a abrir dichos archivos con mi jefe para terminar de facturar: ¡oh sorpresa! no estaban, ni rastro en ninguna parte, sobra decir que mis jefes estaban fúricos, sacaban chispas por los ojos y esto era un desastre.

Ya ha pasado, mi papá me ayudó a resolverlo y todo está mejor, pero he tenido uno de mis peores días laborables, definitivamente odio ser secretaria, no veo el día en que llegue mi tarjeta y encuentre un trabajo de lo mío, pero a pesar de ello tendré que seguir conviviendo con los pequeños diablillos elctronicos: las malditas computadoras.

Y sigue la mata dando...

... y yo me muero por decirte que te quiero... No me pude resistir, la melodía de la canción me venía a la cabeza, ¡qué recuerdos universitarios!...

Hablando de cosas más serias, y no es que beberse una caguama -o litrona- en los locales quesadilleros de detrás de la UAM-A no fuese serio, por lo menos entonces lo era, pero no me refería a eso, aunque el hilo conductor siga siendo mi Caribe.

Ayer les comentaba que quería volver a aprender a conducir, que las políticas que se están tomando para resolver problemas básicos como la vivienda, la salud, el alimento y por supuesto, las migraciones, no me parecen las más adecuadas, que se ha perdido el mapa, culparé de ello a los cartógrafos portugueses del medievo, al fin y al cabo la culpa de todo la tienen las deudas históricas o el no aceptar que debemos avanzar sobre las históricas rencillas... Pero entre si recurren a los mapas antiguos o se compran lo último en tecnología para encontrar el camino las cosas se están desmadrando. Hoy al abrir el periódiquito gratuito al azar -hay que ver con lupa las noticias publicadas por estos medios- me encontré con una nota y una fotografía preocupante: la policía "cacheaba" y desnudaba ¡por completo! A un supuesto camello senegalés en el polémico barrio de Lavapiés.

Siendo sincera, no creo que a los polis les interesara comprobar el mito aquel de que los negros están mejor dotados, y seguramente estaban convencidos de que aquella persona en verdad era un traficante de chocolate (la versión comprimida y concentrada de la mariguana), pero ¿por qué estaban convencidos de ello? ¿Por qué la brutalidad, el poco ortodoxo trato? Me atrevo a creer que el hecho de ser negro, de vivir en un barrio cuya mayor población son emigrantes y que éste es una de las zonas de trapicheo más fuertes de Madrid los induciera a llegar a esa conclusión, lo preocupante es que ésas sean las razones por las que un hombre común y corriente, que se pasea por un barrio x de la ciudad sea acorralado por dos policías y sea víctima de malos tratos. La escena fue videograbada por un obrero con su móvil quien corrió a refugiarse a un restaurante cuyos dueños son senegaleses, cuando entraron los policías para pedirle las imágenes y al negarse éste los agentes profirieron insultos racistas a los dueños del local...

Definitivamente las cosas se están saliendo - si es que alguna vez han estado- de sus rieles. Ahora mismo sólo puedo exclamar una frase que constantemente decía mi mamá, creo que robada de los labios de Mafalda, si la hija bidimencional de Quino con la que un compañero forista me comparó: Paren el Mundo que me quiero bajar.

Conduciendo el mundo: ¿a la derecha o a la izquierda?

Entre la frustración de esperar un maldito número con el que podré ser una persona reconocida oficialmente en este país, el que por ello ni siquiera pueda sacarme el carnet de conducir -si, mi licencia, aquella que saqué por primera vez a la tierna edad de 16 años no puede ser convalidada- y divagando por foros que me orienten en algunos trámites y ¿porqué no? Intercambiar impresiones con mexicanos que residen en España, me han dado unas ganas locas de manejar, aunque sea sobre mi preciosa Caribe del año 80, el mundo; y si no manejarlo, por lo menos discernir la dirección correcta: ¿a la derecha o a la izquierda? Por cierto, ¿sabían que izquierda es una palabra euskera (vasca)? 

El caso es que han habido utimamente elecciones, las que tengo más presentes son las de Francia, las municipales en España, las argentinas, y ya hace algún tiempo, las mexicanas.

Me intriga que la derecha esté ganando cada día mayores seguidores, mientras la izquierda se embarra del lodo de la mediocridad, la falta de congruencia y en casos severos, de populismo.

En este mundo globalizado ya no hay marcha atrás, nos han vendido el Sueño Americano y nos hemos empachado. Las minorías, que cada vez son mayores, están cada vez menos protegidas, y cuando se les hace caso es para darles toda la atención y desligarse de los demás. No señores, a todos, por favor, y ahora nos vienen con medidas exageradamente drásticas para impedir las migraciones ilegales, pero bueno ¿dónde está el equilibrio?

Los franceses votaron a la derecha, la Royal no los convenció, eso de buscar el interés de las minorías no cuela, por lo menos no a un país que ha sido afectado por políticas paternalistas; en muchísimos municipios españoles aumentó el número de concejales de partidos de extrema derecha, xenófobos hasta la médula ¡y ni les cuento de sobre Polonia! Para ponérsele a uno los pelos de punta. Nuestro México no se queda atrás, el PAN ganó de nuevo y yo no me creo eso de la lucha contra el narcotráfico, pero no lo sé, me queda la locura esperanzadora que por lo menos en este terreno algo se haga...

Lo preocupante de esto es que mientras la derecha tiene cada día argumentos más sólidos, argumentos que no comparto, por otra parte; la izquierda se desmorona con actitudes y discursos de tercera, planes basura para estabilizar las confrontaciones entre las clases pudientes y los menos favorecidos, de la etnia, país, preferencia sexual e idiosincracia religiosa que sea, según las circunstancias de cada país.

Al final de todo seguimos teniendo confrontaciones, guerras, guerrillas, insultos, vejaciones a los derechos humanos, cierres a medios de comunicación, modificaciones la Ley Federal de Telecomunicaciones y la ley Federal de Radio y Television, investigaciones del bolso Teletubi -¿quieren que continúe enlistando?- y todo de manera arbitraria.

Sí, tal vez tenga que apuntarme a las clases de conducción, y no porque sea un requisito para sacarme el carnet, sino porque ya no sé manejar, que alguien me preste un GPS para ir por el mundo, porque yo ya perdí el rumbo.