De regreso de viaje...

Me encuentro de nuevo en Madrid después de las dos semanas de deliciosas vacaciones... No había podido conectarme antes porque los muy "·$&!!! de los de la compañía telefónica nos cortaron el servicio por equivocación....

Ahora si, les cuento: el pueblito que ven en la foto es A Pobra do Caramiñal, el pueblo que vio nacer a mi bisabuelo. Es un pueblo protegido por una montaña y de frente el mar, es precioso.

Conocí a mi familia, personas realmente increíbles y dulces a las cuales ya quiero volver a ver. Tuve la fortuna de que además de un clima estupendo (salvo por dos días) me tocaron las Fiestas de Santiago, el santo patrono de Galicia y ya se imaginaran: fiesta, música típica, gaitas, comida, mar, paisajes increíbles, castros celtas, ciudades medievales... ¡En verdad increíble!

Mi recorrido comenzó en Ourense, en el interior de Galicia, estuve una noche y al día siguiente marche para Santiago de Compostela para tomar el autobús a A Pobra, una vez ahí me recibieron mi familia como reina, vimos fotos, la casa donde nació mi bisabuelo y el pueblo, estuve unos días de ensueño en A Pobra para luego ir a Vigo y de Vigo a Baiona, el mar, castillos y la Pinta, sí la carabela de Colón, jejejejejje.

De Vigo me regresé el domingo de nuevo a A Pobra para estar unos días, conocer aún más sitios e ir a Santiago, fui con mi sobrina de 18 años, una super campeona de remo y piragua que además de encantadora esta guapísima (ni modo chicos, tiene novio...).

Santiago de Compostela es en verdad un lugar precioso, la parte vieja es como estar en el medievo: La Catedral compostelana (si, la mera mera del Camino que esta marcado por la Vía Láctea, ese camino místico que recorren a diario cientos de peregrinos...), las callejuelas, los edificios, los músicos que alegran con gaitas, flautas y tambores la ciudad y una universidad preciosa, en verdad que Santiago de Compostela es una de las ciudades más hermosa que haya conocido, pero no nada más Santiago es hermoso, Ourense, por ejemplo, es pequeña, pero esos puentes que atraviesan el río Miño atravesaron mi corazón, Vigo, Rianxo, Baiona y por supuesto A Pobra, cada pueblito que pasaba como Iria Flavia o Padrón, lugar que vio nacer a la poetiza Rosalía de Castro... A Guardia, justo dónde desemboca el Miño en el Atlántico, por un lado España, por el otro, Portugal, ahí se encuentra el Monte Trega, desde lo alto se puede ver la desembocadura, el océano y uno de los castros celtas más grandes que he visto, el santuario de Santa Trega, un viacrucis precioso inspirado en cruces celtas con ornamentos en bronce...

Unas vacaciones de ensueño para regresar a la dura realidad del trabajo (no se crean, ya extrañaba a papá, la Pao y mis compañer@s de trabajo...) y al horrible calor que hace aquí en Madrid...

Ojalá las vacaciones me duraran más, ojalá pudiera conocer aún más de la tierra gallega, visitar Asturias, Santander... Ojalá un día tenga el tiempo y el dinero para poder estar en todos los sitios a los que quiero estar para regresar a México y visitar por allá todas las hermosas ciudades que me faltan conocer de mi hermoso país...

Por lo pronto, este fin de semana disfrutaré de mi Pabola, que se regresa a tierras aztecas para tramitar su visa y quedarse conmigo mucho tiempo más...

Y yo, triste y sola seguiré esperando el día en que alguno de ustedes haga válida mi invitación a recorrer conmigo parte de esta tierra milenaria que cuenta con sus monumentos y restos arqueológicos el principio de la mitad de nuestra raza, nuestra sangre, porque no podemos evitar que dentro de nuestros morenos cuerpos mexicanos corran velozmente, al ritmo de nuestros corazones mestizos, la sangre indígena y española, producto de conquistas y emigraciones, de amor y odio, de sonidos de conchas, tambores y flautas...