El Cáliz de Fuego y algo más

Madrid tiene sus puntillos, y yo otros tantos... Después de semanas y semanas de una vida normal (no quiero decir que este día sea anormal...) te vienen de madrazo algunos golpes bajos y otros altos, que es que como canta Celia Cruz, la vida es un Carnaval.

Un día como tantos, me fui a trabajar y después de varias horas ahí metida y yo con mi sonrisa de siempre atendiendo a la gente, en eso que me llega un idiota que se me puso al brinco, me llama mentirosa, imbésil y gilipollas, tan sólo porque no le quise aceptar la credencial de universidad sin vigencia (¡por favor! ¡Hasta en México se sabe que sin año académico son inválidas!) el caso es que me dejó temblando y casi llorando, afortunadamente tengo a los mejores compañeros que uno pueda tener y al mejor gerente del mundo (¡que exagerada!) y la cosa se calmó. Mis amigos me dieron mi tan ansiado póster de Harry Potter -es una verdadera chulada, Harry con el uniforme de Quidditch con la frase "Vienen tiempos difíciles, Harry", increíble- y un regalillo del estreno de la peli Serenity, yo ya feliz con mis regalos cerré mi taquilla y estaba contando mi dinero cuando se acerca un chico que a la vista saltaba que era mexicano y me dice que si ya había cerrado -obvio, estuve a punto de decir-, pero como todavía no contaba el dinero tenía que venderle, me pide las entradas y oigo que habla en inglés con la chica que lo acompañaba, le digo que no son en versión original y se lamenta, ya no le vendí entradas, cuando ya se iba me di cuenta de quien era: Gael García. ¿Soy tonta o qué? ¿Cómo no lo reconocí? Si tan sólo hubiesen sido un par de segundos antes me hubiera traído a casa no nada más el póster oficial de Harry, ¡sino el autógrafo del actor también! Eso me pasa por ser tan distraída, no podría reconocer a mi abuela si me la encontrara en Egipto.

Ni modo, me quedo con el recuerdo de sus ojos verdes y con el póster de Harry, algo es algo para un día donde te llaman mentirosa y gilipollas ¿o no?